Ubicado en la Calle de la Encarnación, 2 de Córdoba, el Monasterio Cisterciense de Nuestra Señora de la Encarnación, presentaba un importante deterioro motivado por una afección por humedad por capilaridad. Por el volumen del edificio fue necesario para su eliminación las instalación de varias máquinas de electroosmosis inalámbrica.