La humedad por capilaridad es la que aparece en zonas que tienen un contacto directo con el terreno y se produce al pasar el agua por capilaridad a los materiales porosos de la construcción (hormigones, morteros, maderas, materiales cerámicos, etc). Por eso, la humedad por capilaridad se suele ver en las zonas bajas de las viviendas y en forma de manchas horizontales.
A nivel práctico y por lo que respecta al sector de la solución de las humedades es la afectación que sufren las edificaciones que, estando apoyadas en el suelo, sufren los efectos del vapor que asciende del subsuelo para evaporar y que, aprovechando la composición capilar de los materiales de construcción se manifiesta como una patología grave que afecta a la mayoría de edificios.
Se manifiesta normalmente en una franja comprendida entre el arranque del pavimento y un metro de altura, siendo posible que logre mayores alturas si el revoco o el recubrimiento del muro se ha construido de forma muy impermeable.
Su altura es paralela al suelo y mantiene incluso la inclinación del terreno en calles en pendiente.
Su aspecto característico de desprendimientos de los revocos, caída o hinchamiento de las pinturas, aparición de salitres, la hacen fácilmente identificable en la mayoría de casos.
La presencia de salitre, eflorescencias, polvo blanco es también una característica frecuente cuando la humedad de capilaridad afecta a un muro o pavimento.
La humedad de capilaridad afecta a todo tipo de pared y a los pavimentos apoyados en el suelo.
Muros de fábrica de ladrillo (macizos, huecos), paredes de piedra (mampostería, sillería), muros de adobe, tapial, madera y hormigón, pueden sufrir deterioros importantes si se ven afectados por esta humedad.
En los pavimentos también se manifiesta con fuerza, y en suelos recubiertos de materiales cerámicos muy impermeables, suele mostrarse entre las juntas en forma de eflorescencias.
Los forjados sanitarios conectados a paredes perimetrales que sufren esta capilaridad, se ven afectados principalmente en las cabezas de las vigas que conectan con estos muros.
Los efectos más perjudiciales que genera la humedad de capilaridad son los desprendimientos de los revocos de mortero o yeso, el deterioro completo de la pintura y acabados superficiales además de la paulatina pérdida de resistencia de la propia pared.
Genera igualmente un exceso de evaporación interior que puede favorecer la aparición de humedades de condensación.
Afecta a marcos de madera y zócalos generando problemas en la madera.
Puede generar fallos eléctricos al estropear los mecanismos eléctricos empotrados en los muros que sufren este tipo de humedad.
En muros o pilares de hormigón armado facilita la corrosión interna de los aceros, posibilitando la aparición de graves defectos en la estructura.
Afea el aspecto general de la edificación restándole valor económico.
Existen principalmente dos tipos de tratamientos para la humedad por capilaridad:
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La electroósmosis tiene un principio de electrofísica para evitar qué los iones que se encuentran dentro en un átomo, con polos positivo y negativo, puedan unirse entre sí al invertir los citados polos a través de ondas de ultrasonido, consiguiendo que por gravedad el agua descienda de nuevo a la tierra.
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